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Mi trabajo es dar vida a cada cultivo que siembro. Desde hace años dedico mi día a día a la vid, las olivas y el trigo, tres pilares de mi tierra que cultivo con esmero.
Mi nombre es Ángel y me dedico a trabajar la tierra con respeto y constancia. Cada jornada empiezo temprano entre viñas, olivos y campos de trigo, con la misma energía que el primer día.
Cada uno requiere técnicas distintas y cuidados específicos, pero todos comparten una misma filosofía: trabajar con honestidad y dedicación para ofrecer lo mejor de cada cosecha.
Labro y cuido viñedos con métodos sostenibles que respetan los ciclos naturales. Cada cepa es tratada de forma manual para asegurar un crecimiento saludable y una uva de calidad.
Me ocupo del cuidado de olivares durante todo el año, con técnicas tradicionales que permiten una producción equilibrada. La recolección se realiza en su punto justo para obtener olivas óptimas.
El trigo es uno de los pilares de mi trabajo. Preparo el terreno, siembro y recojo con atención, asegurando una cosecha estable que responde a las condiciones del clima y del suelo.